Aprovechamos la mañana para jugar fuera y hacer un montón de danzas.
Después de comer, tras un ratito de tiempo libre, hicimos una pequeña ruta hasta un pinar cercano donde pudimos continuar nuestros juegos en un bonito espacio.
A la vuelta preparamos entre toda la Colonia una macedonia de frutas buenísima que disfrutamos durante la merienda.
Cuando terminamos hicimos un taller en el que cada castor se fabricó un pequeño pulpo de lana.
Y después de cenar... nos fuimos directos a dormir agotadísimos.
La mañana del domingo la dedicamos al Gran Juego de La Vida en el Estanque. Cada madriguera logró descifrar las pistas y superar todas las pruebas para al final descubrir una nueva historia de los castores, esta vez la del castor Keeo.
Y después de comer y jugar un ratito nos llegó la hora de cantar la canción de despedida y subir al bus.
En esta acampada los castores han demostrado su progresión en la Colonia
trabajando muy bien en equipo.
¡Hasta el sábado!
*Próximamente subiremos las fotos, estamos solucionando unos problemas.
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