¡Hola Castores!
¿Qué tal habéis amanecido este soleado lunes? ¿Recuperados de la acampada? Para darle aún más color a este día vamos a recordar nuestra acampada.
Empezamos la acampada haciendo una ruta con nuestros compañeros y amigos de la colonia Izalco, en esta ocasión fuimos del albergue al Monasterio. Disfrutamos del sol, de las preciosas vistas que nos acompañaron hasta llegar a nuestro destino, de la comida en el parque y los juegos posteriores, de todo lo que nos contaron sobre el Monasterio y, a la vuelta, pudimos ver atardecer, y fue super bonito.
Castores, tras esa marcha, podéis decir que sois unos CAMPEONES.
Como recompensa del día a la noche disfrutamos de un precioso cuento con unos compañeros muy especiales: unos amigables dragones. Ellos nos enseñaron que da igual como seamos pues todos somos especiales e importantes.
A la mañana siguiente, tras haber dejado el macuto preparado y recogido, tuvimos un cuento en primera persona. Divididos por madrigueras nos adentramos en una aventura mágica en la que el Fuentenueva no tenía nada que envidar al colegio de Harry Potter. Y así, capitulo a capitulo y tras superar todas las pruebas, fuimos capaces de encontrar y compartir la Piedra Castoril y aprender un poco de lengua de signos y código morse.
Comimos en el bosque junto con nuestros amigos de la Izalco y en el tiempo libre además de jugar y hacer nuevos amigos, construimos una cabaña. Con la digestión ya hecha volvimos al albergue a realizar nuestro taller de tortugas y búhos pero hubo que, como dice el GPS, recalcular ruta y terminamos estableciendo unas normas de convivencia en la colonia y las consecuencias de no cumplirlas. Pero tranquilos, pronto encontraremos un nuevo momento para hacer esos talleres.
Disfrutar la semana y nos vemos el sábado.
Besitos
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